Su construcción data del año 1750. Durante sus primero años sufrió saqueos e incendios causados por piratas, como también los estragos de la naturaleza.
Representa un hito urbano pues marca uno de los límites de la ciudad antigua. Perteneció en principio a los Jesuitas que la dejaron tras su expulsión. Se última restauración se efectuó en el año 1994, trabajo con el que se rescataron elementos de su fachada primitiva.